“La arquitectura que más me interesa es aquella que se pude ir transformando y adaptando a los cambios. Es, por tanto, una arquitectura en proceso, que está sin terminar, porque siempre vendrán capas” — Carlos Quintans
En la foto, Barra, uno de los edificios del Centro Direzionale de Nápoles. Muestra de arquitectura acabada que no acaba de adaptarse a su entorno. Funciona como una burbuja, un oasis sin palmeras en medio del distrito de Poggioreale, uno de los más degradados de la ciudad. Rodeado de tráfico por todas partes, es prácticamente peatonal en la superficie. Si su objetivo era influir en la transformación de su entorno ha fracasado estrepitosamente. A escasos metros, Barra, Gianturco o el mismo Poggioreale le dan la espalda con indiferencia, mientras sufren a su vez la indiferencia política que impide su desarrollo. Sus habitantes son a menudo condenados en el Palacio de justicia del CDN para regresar a cumplir sus condenas a “casa” en la histórica e infame cárcel de su barrio.